13 de agosto de 2007

Brazil


Ya sabéis de mi debilidad por el género distópico y en esta ocasión quisiera escribir sobre una película que tiene ya unos cuantos años. Concretamente es del año 1985, un año después del mítico 1984 orwelliano. Me imagino que esta coincidencia tiene que ver mucho con la obra antes mencionada. Su director y guionista, una de esas personas por las que los integrantes de éste, su blog a-cultural, profesan, en mayor o menor medida, una profunda admiración, es Terry Gilliam (el más estadounidense de los míticos Monty Phyton). Gilliam se refiere a Brazil como la segunda película de una trilogía cuyo nexo es la libertad de pensamiento y la reivindicación de la imaginación y que está compuesta por la comentada Brazil, Los Bandidos del Tiempo y Las Aventuras del Barón de Munchausen.

La historia perpetrada por Gilliam, es la historia de un error burocrático que lleva a la muerte a un pobre inocente, que es acusado de terrorismo (sin duda la película, a pesar de sus años goza de una actualidad impresionante). Nadie, en la extensa cadena jerárquica de la gran burocracia estatal (son bastante claras las influencias orwellianas y kafkianas en la configuración de ese Estado), quiere hacerse caso del error, salvo un joven tecnócrata y sin mayor ambición que la de ocupar un puesto bajo en la administración, llamado Sam Lawry, quien fiel a su mando superior, trata de enmendar el error otorgando una indemnización a la viuda del hombre "extirpado de la sociedad".

En esa misión, que le lleva a uno de los suburbios más peligrosos de aquel Estado y que rememora a la ciudad donde vivían los parias del Partido Exterior de 1984, conoce a la mujer de sus sueños, quien huye despavorida ante la presencia del joven burócrata. El deseo de Lawry por conocer más datos acerca de esa misteriosa mujer le hacen buscar un ascenso en la escala administrativa atendiendo a los deseos de una madre ambiciosa y bien situada. La implicación de Lawry en el caso, así como su obsesión por encontrar a la mujer de sus sueños, hacen que sea considerado como un peligro para el sistema. Lawry se enfrentará a su propia habitación 101, de la que escapará a través de la locura.

Sin duda, una buena película que hará las delicias de todos aquellxs a los que nos gusta el género distópico y que contiene numerosas referencias a las antes mencionadas 1984, El Proceso y otros sugerentes títulos de la ciencia ficción y la distopía. También destaca la presencia de otro monstruo de la escena, Robert De Niro, en uno de sus papeles menos conocidos que recuerda en algunos aspectos a ese otro famoso fontanero con el que quien más, quien menos ha jugado alguna vez a través de los videojuegos de la casa Nintendo. La banda sonora corre a cargo de Michael Kamen y se basa en esa joya de la bossa nova que lleva el título de la película.

4 comentarios:

  1. No he visto Brazil aún pero por lo que cuentas tnego ciertas dudas de si cumple con el género distópico para catalogarla como tal, o bien coincide en argumentos con 1984, tan sólo. deberá verla para jugarla. Un saludo.

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  2. Distópica cien por ciento, Canichu. Te lo aseguro.
    Es una obra maestra. Coincido totalmente con Harry. También comparto el gusto por los Monty Python y por Terry Gilliam.
    Un saludo.

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  3. es que según lo que leo no aparece la formación idealista de un Estado o sociedad, sino la burocratización excesiva de los ya existentes, por ejemplo, por lo que no sería distopía. Pero habría de ver la película.

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  4. Pues no la he visto, pero por lo que acabo de leer, la temática no puede estar más vigente.

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