Marcus Vinícius da Cruz de Melo Morais (más conocido como Vinicius de Moraes), nació y murió en la ciudad brasileña de Río de Janeiro. Junto con Antonio Carlos Jobim (Tom Jobim) y João Gilberto, revolucionó la música brasileña a través de sus diversas colaboraciones musicales. De hecho se les atribuye la paternidad del género de la bossa nova en 1958 con el disco Canção do Amor Demais, de la cantante Elizeth Cardoso. De Moraes, quien se consideraba a sí mismo como "el negro más blanco de Brasil en línea directa con Xangô, dedicó gran parte de su vida a la poesía, escribiendo las letras para innumerables canciones compuestas por grandes músicos como los antes citados o como Baden Powell o el guitarrista Toquinho. En solitario, también compuso algunas canciones que son consideradas como clásicos. Sin duda se le recordará por su participación como intérprete en diversos discos, entre los que destaca el álbum proveniente de las sesiones de grabación en el café "La Fusa" de Buenos Aires junto con Maria Creuza y Toquinho, donde se puede escuchar la voz de De Moraes dirigiéndose al público en mitad de la actuación (cuentan que Vinícius recomendó la grabación de las canciones en el estudio alternandolas con el sonido del público y sus palabras en directo para una mejor audición de la música, y para darle un toque más íntimo). En este disco se pueden escuchar las canciones más representativas de una época y de un estilo, la bossa nova, que se ha convertido en una de las señas de identidad de Brasil. Un disco áltamente recomendable para regalar y para amenizar esas veladas tranquilas y que pueden encontrar en su distribuidor de discos habitual [guiño, guiño, T.B. guiño, guiño]. Vinícius de Moraes también ejerció de diplomático representando a su país en las legaciones de Los Ángeles, París y Montevideo. Sin duda se trata de una figura muy interesante cuyo ejemplo representa a la perfección la forma de entender la vida del brasileño.
"Eu sei que vou te amar", una de las composiciones más bellas del poeta Vinícius de Moraes en la voz de la cantante Elis Regina y el teclado de Tom Jobim
Un superclase.
ResponderEliminarque bueno..... la musica brasileña es un continente. y escucharla en brasil, es una experiencia impagable.
ResponderEliminarMe encantan los intelectuales y artistas que hacen de políticos, porque como no lo son, se entregan con lo que saben, que siempre es mucho, ys e retiran cuando se cansan, que es tan raro en la la "raza política" donde saltan de educación a transportes como si fuera lo mismo. Olé su arte.
ResponderEliminarEste tipo no existe, es un genio inigualable como jamás hubo ni habrá. Monstruo, gracias por tanta magia...
ResponderEliminarUn genio. Fue... mejor dicho sigue siendo un inspirador permanete.
ResponderEliminarAmo profundamente su obra y su personaje.