83 años no son suficientes para disfrutar de un actor como este. Si el rostro del cine es Cary Grant, Paul Newman es la mirada del cine. Sin duda, uno de los mejores actores de Hollywood, compaginó su vida profesional con una muy discreta personal, llena de altibajos, y un sentido de la realidad poco común en el firmamento al que pertenecía. Newman hizo de vaquero, de tahúr, caballero, conquistador, ladrón de poca monta, jefe de la mafia, detective… todo aquello que pudiera interesarle, en el cine o en el teatro, que no tenía mayor problema en dominar cualquier género y espacio.
Al final de esta entrada hemos seleccionado a modo homenaje la escena final de una de sus mejores películas, “Dos hombres y un destino”, en la que compartía cartel con Robert Redford.
Al final de esta entrada hemos seleccionado a modo homenaje la escena final de una de sus mejores películas, “Dos hombres y un destino”, en la que compartía cartel con Robert Redford.
“La victoria de la derrota”, por Guillermo Altares
[Leído en El País, 27 de septiembre de 2008]

“No es tan duro como parece”, dice Robert Redford en El golpe sobre el despiadado gangster al que pretenden desplumar. "Nosotros tampoco", replica Newman. “Si me diese el dinero que se gasta en que no le robemos, no le robaría”, asegura otro de sus personajes más famosos, Butch Cassidy, en Dos hombres y un destino, el memorable western crepuscular de George Roy Hill en el que compartía también cartel con Redford. Fue candidato al Oscar en diez ocasiones y lo ganó en 1987 por El color del dinero, la continuación de El Buscavidas, dirigida por Martín Scorsese.

Pero sólo por haber sido capaz de crear a Eddie Nelson en El buscavidas, por haber dado vida a ese impetuoso y autodestructivo jugador de billar, cuyo principal enemigo es él mismo, merece un lugar en nuestro imaginario colectivo, algo que sólo ocurre cuando el cine es tan auténtico como la realidad. Por eso, pero también nos acordaremos de él por sus infames salsas de tomate.
Newman declaró que una de las cosas de las que sentía más orgulloso en su vida (además de su matrimonio de 50 años con Joanne Wordward y de los coches de carreras) era que Nixon, el presidente del Watergate, le hubiese incluido en su lista por peligroso liberal. Donó cerca de 175 millones de dólares a todo tipo de causas solidarias con los beneficios que le producían sus salsas y tuvo el detalle de nunca callarse una opinión incómoda. Gracias.
Una pérdida que duele ya que Newman fue un genio de la actuación. Saludos!
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