El viernes 12 de Septiembre de 2008, en su casa de California, el escritor David Foster Wallace se suicidó aprovechando la ausencia de su familia en el hogar. Se le acabó la broma.
Cuando, hace ya algún tiempo, me comentaron que Vonnegut era el autor vivo favorito de alguien, y al día siguiente éste falleció, sólo pude preguntar ¿y ahora quién? La respuesta fue clara, "Ian McEwan, porque David Foster Wallace es sólo mi autor postmodernista vivo favorito...".
Tras Kurt, tras David. ¿Le tocará el turno a Ian, o será momento de Pynchon? Se abren las apuestas. Aunque yo, por si acaso, he decidido que antes de publicar nada, mataré al ilustre librero que donde pone el ojo pone la espada de Damocles. Mejor curarse en salud.
Ahora David, después de dejarnos un poco más solos, me obliga a ir reseñando sus libros.
Cuando leí en El País la noticia de la muerte de Foster, además de hacer memoria, pensé: ya nos hará una semblanza el_situacionista. En fin, el final de un escritor, el empujón del mito y el encuentro en lugares comunes.
ResponderEliminarNo le digas a tu librero que tienes un blog, no te vayas a convertir en su bloguero favorito...
ResponderEliminarVaya, no había visto este post hasta ahora. Está claro que trabajo mucho últimamente, algo que debería remediar.
ResponderEliminarUn par de títulos de D.F. Wallace que podrías comentar por aquí: "La niña del pelo raro" y "Entrevistas breves con hombres repulsivos". En realidad, dos libros de relatos en los que destacan sobre todo los que los titulan.
En fin, creo que me voy a guardar de ir citando mis preferencias, o quizá pasarme a De Prada, Etxeberría, etc.