Después de la entrada “un gitano en la corte del Jazz” debíamos continuar con una actualización de este estilo con alguno de los nuevos valores que han aparecido en los últimos tiempos (sin, por supuesto, olvidarnos de los grandes). Este es el caso de Sara Lazarus que, como veremos, está encadenada a la entrada dedicada a Reinhardt por lo colateral.
Joven estadounidense cuya personalidad vocal dice mucho del buen momento del que goza este nuevo jazz que podemos escuchar en los últimos tiempos, cada vez más fusión con el blues, el pop, el rock, el chillout, música de ascensor… algunos toques de R&B y muchos de comercialización directa. Rebajando la pureza y aspereza de los grandes (como el mencionado), Lazarus nos presenta un primer disco, “Give me the simple life”, en el que combina el más puro jazz vocal con unos arreglos adecuados para transportarla desde la melancolía al romanticismo (el camino es ciertamente corto) sin dejar pasar por alto algunos temas más líricos en los que muestra todas sus tonalidades, bien medidas y controladas. Acompañada en lo musical por una banda más que solvente, destacan de este disco su versión del tema de Cole Porter (autor que se merece una entrada en este blog) “He was too good to me”, además de la estupenda “Once upon a summetime” o “Smile”. Habitual el recurso a las canciones de siempre para un primer trabajo, que con suerte te repesca alguna para la banda sonora de alguna película o anuncio de publicidad y te dan a conocer al gran público.
Joven estadounidense cuya personalidad vocal dice mucho del buen momento del que goza este nuevo jazz que podemos escuchar en los últimos tiempos, cada vez más fusión con el blues, el pop, el rock, el chillout, música de ascensor… algunos toques de R&B y muchos de comercialización directa. Rebajando la pureza y aspereza de los grandes (como el mencionado), Lazarus nos presenta un primer disco, “Give me the simple life”, en el que combina el más puro jazz vocal con unos arreglos adecuados para transportarla desde la melancolía al romanticismo (el camino es ciertamente corto) sin dejar pasar por alto algunos temas más líricos en los que muestra todas sus tonalidades, bien medidas y controladas. Acompañada en lo musical por una banda más que solvente, destacan de este disco su versión del tema de Cole Porter (autor que se merece una entrada en este blog) “He was too good to me”, además de la estupenda “Once upon a summetime” o “Smile”. Habitual el recurso a las canciones de siempre para un primer trabajo, que con suerte te repesca alguna para la banda sonora de alguna película o anuncio de publicidad y te dan a conocer al gran público.
Dos años después publica “It’s all right to me” del que el primer tema que escucho es “Cheek to cheek”, (en realidad es la última del disco) versión animada de otro clásico, que esta vez se queda a años luz del maravilloso dúo que protagonizaron Ella Fitzgerald y Louis Armstrong y del que siempre quedará el recuerdo de aquella emocionada actuación de Stanley Donen en el agradecimiento de su Oscar honorífico. Pero como no se trata de una colección de anécdotas sino de una crítica de este disco aún sin publicar en España [guiño, guiño -Teddy Bautista- guiño, guiño] sigamos. Es esta ocasión Lazarus se alía con Bireli Lagrene, el más notable de los discípulos de Django Reinhardt y él único al que consideran medianamente capaz de seguir la estela de su maestro. Una combinación con la que la cantante cede gran parte del protagonismo vocal a la guitarra de Lagrene, que suena no como un acompañamiento sino como un auténtico dúo. (Si les ha gustado Django no pierdan la ocasión de hacerse con cualquier material disponible de su discípulo.) Como ya hemos dicho, con alguna que otra versión de temas clásicos, además de la mencionada, destaca “Embraceable you”, con un elegancia que recuerda a Diana Krall, y “Gipsy in my soul”, otras de las grandes en la que el guitarrista se luce en todos y cada uno de los punteos que acompañan a una sensacional Lazarus.
¡Seguiremos la pista!
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