26 de febrero de 2007

...and the Oscar goes to Ennio Morricone

Sí, fue ayer la gala de los Oscars en Hollywood, pero a este que os escribe no se le ocurrió otra cosa que dejar para el día de hoy lo que tendría que haber escrito ayer. El sueño, la pereza, el aburrimiento quizás, fueron el detonante para que no cumpliera cumplido homenaje al único premio seguro de la noche, el que le otorgaron a uno de esos músicos que han escrito las más bellas partituras de la historia del cine (junto con Henry Mancini o John Williams). Y es que era de justicia que le dieran el premio a un hombre que ha convertido en inolvidables sintonías como las ya archiconocidas de la Trilogía del dólar, del grandioso Sergio Leone (de las que ya hemos hablado aquí en otra entrada). El músico italiano había sido nominado hasta en cinco ocasiones, pero nunca antes había sido premiado con la estatuilla dorada. Bandas sonoras como las de Días del cielo (1978), La Misión (1986), Los intocables de Elliot Ness (1987), Bugsy (1991) o Malena (2000), se quedaron a las puertas de un premio que se le quedaba pequeño, habida cuenta de las más de 500 obras firmadas por el compositor romano y los innumerables galardones que había recibido en otros festivales de cine del resto del mundo. El reconocimiento de la industria norteamericana se le presentaba esquivo, a un Ennio Morricone que con sus melodías había hecho más grande, si cabe, ese maravilloso arte del cine y la televisión (ha compuesto la sintonía de muchas grandes series de televisión, como la italiana "La Piovra" o la famosísima "Twin Peaks"). El premio a toda una carrera suena más a premio de consolación (Majo, gracias por participar) que al reconocimiento por su obra y se nos antoja insuficiente para alguien que ha consagrado gran parte de su vida a ilustrar las imágenes con las notas musicales que más de uno hemos tarareado en la ducha (o en delirios etílico-festivos). Suena también a despedida o a jubilación anticipada para alguien, que a tenor de su trabajo, parece dispuesto a morir con las botas puestas (cuántos Western llevan tus canciones, amigo Ennio). La industria de la música también le rindió un homenaje a través de la publicación de un disco en el que venían recogidas algunas de sus composiciones más representativas de su carrera y que el bueno de Ottinger, ya se encargó de ensalzar en otra de sus fabulosas entradas y que sin duda más de uno habrá conseguido en su distribuidor oficial [guiño, guiño - get on your knees - guiño, guiño]. Según cuentan, la concesión de este premio no gustó en absoluto al músico italiano, que encontraba en su nominación, una verdadera broma de mal gusto. Sin embargo, fue todo un caballero al recoger su galardón y dar las gracias a quienes se lo otorgaron de forma tardía (es de bien nacidos, ser agradecidos). En cualquier caso, nuestra más sincera enhorabuena al señor Morricone, cuyas canciones, sin duda, ocuparán un lugar destacado en nuestros corazones.De la gala, poco que decir, el mismo ritual, la misma ostentación, pompa y boato. Premios casi cantados (el de Hellen Mirren, lo sentimos Penélope, o el de Forest Whitaker), otros siempre discutibles (anda que no habrá hecho buenas películas Scorsese para que le den el Óscar por Infiltrados - vean la magnífica entrada de el_situacionista al respecto, no tiene desperdicio), incluso algunos vergonzosos (me temo que bastante dinero le dan ya al señor Gore los del lobby nuclear, como para que encima le den un premio por el docu-thriller catastrofista). La misma pantomima de una industria multimillonaria que no es consciente de que el modelo económico es inviable y la gente está optando por otros formatos [guiño, guiño - el teclista de los Canarios - guiño, guiño]. En definitiva, glamour decadente y chusco para todos aquellos que pensamos que qué grande es el cine y nos quedamos hasta las tantas viendo la ceremonia en directo.Por cierto, antes de que se me olvide, enhorabuena al señor Guillermo del Toro por los 3 premios conseguidos anoche, muestra de la gran calidad de nuestros profesionales del cine, que aunque bajo otra bandera, han sabido dar lo mejor de sí mismos. También enhorabuena a nuestros nominados que en esta ocasión no se han podido llevar el Óscar a sus casas (los de los cortos y también tú, Penélope)

Ahora es tiempo para la música:




Gabriel's oboe - The Mission (1986)





Main theme - The untouchables (1987)




Cinema paradiso (1989)




A fistful of dollars (de mi móvil) (1964)




Novecento (1974)

3 comentarios:

  1. Aplausos, porque, efectivamente, la música en el cine no se entiende sin el trabajo ingente y estupendo de Morricone.
    De lobbys quería yo hablar con usted.... :)
    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Adoro a Morricone y sabeís una cosa su música y él como persona está muy por encima de todos los OSCARS y galardones del mundo, porque vive para siempre en nuestro corazón....

    ResponderEliminar
  3. Gran entrada para otro grande. Morricone es casi el único en el que se ha perpetuado esa buena costumbre que tenía el Hollywood de antaño de contratar a los mejores compositores para poner letra y música a sus películas, como Porter o Bernstein.

    Un homenaje que debió ser en forma de Oscar en competición, que puestos a comparar, casi se merecía más una nominación-excusa Morricone en cualquiera de sus bandas sonoras que Scorsese por “Infiltrados”. (Nicholson y Keaton dando el Oscar, eso sí que es un homenaje)

    Por cierto, y siguiendo el hilo de los comentarios de la entrada anterior, los Oscar ya no sólo son lo que son, sino que ahora (además de romper matrimonios en todas aquella que lo ganan) rompen parejas profesionales. Director y guionista de “Babel” se han dejado seducir por la fama y la gloria de la alfombra roja y después de pegarse por la autoría de la película (con estatuilla de por medio) han roto. Seguro que Ellen les invita a su programa de televisión para que hagan las paces y puedan seguir contando historias juntos.

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.