24 de abril de 2009

Destripando el juego III


Si de verdad les interesa lo que voy a contarles, lo primero que querrán saber es dónde nací, cómo fue todo ese rollo de mi infancia, qué hacían mis padres antes de tenerme a mí, y demás puñetas estilo David Copperfield, pero no tengo ganas de contarles nada de eso. Primero porque es una lata, y, segundo, porque a mis padres les daría un ataque si yo me pusiera aquí a hablarles de su vida privada. Para esas cosas son muy especiales, sobre todo mi padre. Son buena gente, no digo que no, pero a quisquillosos no hay quien les gane. Además, no crean que voy a contarles mi autobiografía con pelos y señales. Sólo voy a hablarles de una cosa de locos que me pasó durante las Navidades pasadas, antes de que me quedara tan débil que tuvieran que mandarme aquí a reponerme un poco.
Es fácil o muy fácil. Qué se le va a hacer. Arrancamos el juego y tratamos de engañar a los lectores como unos trileros cualquiera que luego se guardarán la bolita... En cualquier caso, sean buenos y no recurran al amigo Google que todo lo sabe. Las pistas son lo suficientemente esclarecedoras.

1- El texto del juego lo propone Ottinger, y eso ya es mucho para descubrir el autor.

2- En la imagen, las claves son dos: los patos del lago y la ciudad de Nueva York.

Espero que les sea fácil y que el premio, que muy atentamente concede el_situacionista, les guste.

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