4 de noviembre de 2007

Mr. Brooks, de Bruce A. Evans

La literatura ha manejado el concepto del bien y el mal individual, mostrando la ambigüedad del alma, de manera tradicional. Lo que la gente conoce del hombre y lo que hombre conoce de sí mismo son dos cosas distintas. Lo público tiene poco que ver con su terrible secreto, el mal está en lo más profundo del alma. Tan profundo que su control escapa de la voluntad humana. Por muy consciente que se sea de esta evidencia, y de la necesidad de huir o evitarlo para poder cumplir con lo que se supone que debe ser el bien, resulta imposible callar esa llamada. Siempre será la última, o al menos eso le dice el remordimiento futuro. Sin embargo, habrá una más. Hasta que alguien, otra persona más capaz o en el uso de un poder superior, pueda detener es desdoblamiento. Pagando, claro está, el precio, la parte buena y librándose la mala, que en realidad no existe, que en realidad es la misma. Recibiendo el castigo de manera inexorable. Una pena que no siempre ofrece redención.

Sin duda, y alejados de las referencias más medievales, la obra clave en lo que a bipolaridad o esquizofrenia con desdoblamiento de personalidad en lo relativo al lado bueno y malo se refiere, es “El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde”. Escrito por un Robert Louis Stevenson que se encontraba sometido a un tratamiento a base de un hongo derivado del centeno y que también se emplea para fabricar el LSD, plantea el desdoblamiento de personalidad gracias a una pócima, a un brebaje, que le permite dejar a un lado el hombre social para dejar salir a la luz la verdadera naturaleza de un insignificante doctor. Como de todos es sabida la historia de Jekyll y Hyde, que cuenta con distintas adaptaciones en diversos géneros, no nos detendremos en explicar su argumento. No obstante, nos serviremos de él para explicar el de “Mr. Brooks”. Un buen padre de familia interpretado por Kevin Costner, respetado como empresario y envidiado por muchos. Un hombre aparentemente recto que adora a su hija y que es brillante en su profesión. Todo presuntamente perfecto, pero algo se esconde en el asiento trasero de su coche. Ese algo no es otro que William Hurt, interpretando a Marshall, que hace las veces de Hyde, es decir, el lado malo de Costner. En esta ocasión y sin saber muy bien por qué, puede que los productores no confíen en la capacidad neuronal de los espectadores, Jekyll no padecerá su dualidad en un solo cuerpo. Han organizado la típica charla entre los dos lados del personaje con dos actores distintos. Así nos evitamos que Costner ponga cara rara cuando tenga que hacer de malo y cara de no haber roto un plato en su vida cuando haga de bueno. Despeinado y con los ojos saltones, peinadito y con sus resplandecientes ojos azules. Puede que ese hubiese sido su único trabajo con el personaje de un botulínico y entrado en años rostro de Costner. Lástima que la película no dé rienda suelta, y por qué no el protagonismo a Hurt, que se basta y se sobra en un personaje que desborda a su reflejo bueno. Puede que él se hubiese bastado y sobrado con sus recursos como actor para afrontar ambos lados de la dualidad. Reduciendo el presupuesto y aumentado el interés.

Como en toda historia de buenos y malos deben existir una serie de personajes arquetípicos que apoyen al protagonista. En primer lugar, la buena e inocente familia. Devota admiración por su marido, al que no termina de comprender pero al que respeta y ama. Marg Helgenberger, en un discreto segundo plano, cumple con esta función a la perfección, ofreciendo un punto de convicción a tan ignorante mujer que en años y años de matrimonio no ha percibido ni la más mínima sospecha de que ese horno que su marido utiliza para hornear cerámica, en realidad, es un horno crematorio para sus pecados. Su hija, que maneja a Mr. Brooks a su antojo, Danielle Panabaker, no merecería muchos más comentarios sino fuese porque se tratase del punto débil de su padre y la estructura básica del planteamiento moral que le hará retratarse ante sí mismo. En segundo lugar, está el aprendiz del mal. Un joven de dudosa moralidad que ve como el Kevin malo se carga a una pareja y le somete a un peculiar chantaje. En lugar de pedir dinero y salir corriendo, le pide que le enseñe a asesinar. Que le enseñe el método. Ocasión esta para profundizar en la naturaleza del mal. Y tercero, la lucha del bien. Una detective interpretada por Demi Moore que no pega en el papel de dura por mucho que se empeñe en demostrarlo y que debido a la excesiva presencia de un Costner, en una película que se ha diseñado para su lucimiento, poco importa.

Mr. Brooks trata de ofrecer un nuevo retrato de la dualidad entre el bien y el mal en varias escalas diferenciadas. La de la detective que se enfrenta a sus propios fantasmas. El aprendiz, un irracional e iracundo joven que trata de dar rienda suelta a su verdadero yo (es malo y punto). El desafío de Mr Brooks con su problema de autocontrol y la cesión de su lado malo de la última decisión en la cuestión personal que se le plantea. Al contrario que en los asesinatos en los que tanto disfruta, en esta ocasión tendrá que ser su parte buena la que decida actuar no por placer sino para responder a una necesidad más profunda, dar cuenta del remordimiento que le asola y ayudar a su familia más allá de los límites razonables y legales [guiño, guiño -Teddy Bautista- guiño, guiño]. Que los que dicen que los que copian son muy malos, es que no han visto que peor es la copia de un asesino en serie. A ver cómo le cobran un canon.

Una película interesante, rodada en un cuidado desarrollo, que resulta fallida debido a su falta de ambición y a la pérdida del hilo central a favor de una serie de asuntos secundarios que resultan un tanto accesorios. Mucho más cuando uno de esos peros es el propio actor protagonista. Kevin Costner no resulta convincente por mucho que se empeñe en la creación de su personaje. No es uno de mis prejuicios, que también podía ser, pero es que cojea demasiado en el rostro bueno de Brooks. Mucho más si establecemos una injusta comparación con su alter ego, un Hurt sobresaliente. Como siempre.

1 comentario:

  1. A mi me gusta mucho el cine de este tipo. Esta pelicula en especial no he podido verla aun. Aunque me la han recomendado no he tenido oportunidad. En cuanto la vea pondre un comentario mas complejo. Mientras tanto tengo que decir que me gusto mucho el analisi que han hecho.
    SALUDOS

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