29 de diciembre de 2006

Malas frases que hunden películas


Tomando el reto de el_situacionista, lanzamos una nueva entrada que trata de compilar distintas frases o situaciones que han estropeado películas (esto lo amplio yo).

Primeros ejemplos:

Billy Elliot”, gran película. Cuando se van a la escuela de danza el padre y Billy el director debió poner fin. Hubiese sido lo justo para los protagonistas, pero decidió prolongar diez minutos, jodiendo una gran película, que culminó con la frase del padre mirando a la persona que tenía a su lado en el teatro y que era el amigo gay de la infancia de Billy: “Tom, ¿eres tú?

Salvar al soldado Ryan”, cuando el pobre Tom Hanks, después de haber luchado con medio ejército nazi, en una de las mejores películas bélicas de la historia, le dice a Ryan con tono moralista “Hágase merecedor de esto”.

Charlie y la fábrica de chocolate”, que iba caminado hacia una película más o menos decente contiene esta perla pronunciada por Willy: “¡Jovencito! ¡No me toques los bombones!

Star Wars” primera trilogía (Episodios I, II y III), ¿es necesario escoger una frase?

25 de diciembre de 2006

Frases de Oscar


La edición de este año de Los Oscar tiene el gusto de presentarnos la próxima ceremonia entrega de sus premios con un cartel homenaje a las grandes frases de la historia del cine.

Como las más míticas ya están dichas y salen en el propio póster, recurrimos a nuestras favoritas o las que más gracia nos hacen, e invitamos, si lo desean, a sumar sus favoritas.

Sólo una pequeña muestra…


“Cuando la fortuna te sonríe al llevar a cabo algo tan violento y feo como la venganza, es una prueba irrefutable no sólo de que Dios existe, sino de que estás cumpliendo su voluntad.” Kill Bill

“Hoy en día, el que no es gilipollas es moderno.” Acción Mutante

“Yo nací en la Confesión Israelí pero de grande me pasé al Narcisismo.” Scoop

“Prefiero Rusia, está tan corrupta como América, pero la gente es menos cretina.” La casa Rusia

“Ser honesto es como desplumar una gallina al viento, te llenas la boca de plumas.” Irma La Dulce

“Cuidado gata, que enseñas los dientes.” La gata sobre el tejado de zinc

“El rey es un cabrón” Alatriste

“Yo intento hacer con las mujeres lo que Eisenhover ha estado haciendo al país.” Annie Hall

“Si desde luego, todo el mundo quiere ser libre, si. Pero una cosa es hablar de ello y otra muy diferente es serlo.” Easy rider

“Y otra cosa: no se ponga nunca un vestido negro, ni un collar de perlas, ni tenga nunca 36 años.” Rebecca

“Acusar a alguien de asesinato en este lugar, es como poner multas por exceso de velocidad en la carrera de Indianapolis.” Apocalypse Now

“Quiero que estos retretes estén tan limpios que hasta la misma Virgen María pudiera venir y descargar con la cabeza bien alta.” La chaqueta metálica

“Aquí la mitad de las putas son agentes infiltradas del vietcong, la otra mitad tienen tuberculosis, así que asegúrate de follar con las que tosen” La chaqueta metálica

“Hay dos clases de hombres: los que tienen una pistola cargada y los que cavan. Tú cavas.” El Bueno, El Feo y El Malo

“¿Vas a ladrar todo el día, perrito, o vas a morder?” Reservoir Dogs

“He dicho que no tengo familia, pero no que mi apartamento esté vacío.” El apartamento


¿Conocen algún blog que no haya dedicado una entrada a la recolección de frases?

22 de diciembre de 2006

Apocalypto, de Mel Gibson

Y después de la agria polémica de Mel Gibson con la policía de Los Ángeles y los judíos, se estrena la nueva película del actor y director estadounidense, “Apocalypto”. Película situada en el corazón de la cultura Maya y que supone una nueva incursión en la dirección, donde prima la narración de la historia con todo el realismo posible. Incluido el idioma original de la extinta cultura para imprimir una mayor cercanía con los presuntos personajes originales.

La andadura de Gibson tras las cámaras no cuenta con el suficiente recorrido como para hablar de una carrera consolidada como realizador, aunque si apunta ciertas formas. La primera película que nos presentó fue “El hombre sin rostro”. Típica historia de un adolescente abocado al fracaso que conoce a un buen samaritano, huraño (como manda la tradición) y con el agravante de tener el rostro deformado. Reconciliación del muchacho con la vida y primera incursión de Gibson salvada con toda la honra que permitía una historia más que trillada. Pese a lo apuntado, se veía una manera interesante de narrar las historias y aproximarse a los personajes. Formas que se confirmarían con su siguiente apuesta, “Braveheart”, que fue su gran salto al vacío. En el 1995 recreó la vida del héroe William Wallace, interpretado por él mismo (a sus cuarenta años cuando Wallace murió con a penas veinticinco), desplegando toda la megalomanía posible a la hora de recrear las andanzas del mito escocés tan denostado por los ingleses, cuya crítica tachó la película de fábula intrascendente. Grandes batallas y luchas de espada, con los habituales tics del actor en la interpretación, una buena escenografía, gran música que conduce toda la acción por el lugar adecuado, algunas concesiones históricas, momentos de gran cine, mucho sufrimiento… dirección con gran maestría en los detalles que le dio su primer Óscar como director y mejor película (más otros tres y muchos otros premios y reconocimientos).

Casi diez años después, y tras muchos de estudio y dedicación al proyecto, decidió arriesgar su dinero para producir “La Pasión de Cristo”, verdadero referente de Gibson por muchos motivos. En lo relativo al plano personal, porque supone una exposición de algunos de los aspectos más íntimos de su fe cristiana. En lo relativo al plano artístico, y es de lo que se trata aquí, es la realización de una extraordinaria película que relata los últimos días de Cristo con todo lujo de detalles. Una magnífica narración y recreación del ambiente de la época (con algunos deslices con ciertas implicaciones político-religiosas). Gran trabajo de James Caviezel (Jesús), que dota de una gran humanidad a su personaje y que es sometido al castigo de un Gibson hiperrealista que no deja gota de sangre en la bolsa. Calificada de excesivamente violenta, se coloca esta generosidad del líquido rojo en los detalles más íntimos de los personajes al dotarles de una humanidad que a veces roza lo pagano. Especialmente en la más que evidente apuesta por la ambigua relación de Maria Magdalena con Jesús.

Para dotar de un mayor realismo a su apuesta más personal, respetó el idioma original de los personajes históricos que aparecen. Así, podemos hacer memoria con las declinaciones latinas de los romanos y leer muy deprisa el arameo, que de ese ni por aproximación. Todo ello, encaminado a un resultado de gran cine (seguiré defendiendo “La Pasión” como una gran película) que la aproximan a la película definitiva sobre la muerte de Jesús. Muchos menos poética que otras apuestas anteriores pero con una gran carga de espiritualidad, pese a contener más violencia que una conexión de Al Jazeera desde Irak.

En “Apocalypto” continua por esta senda de mantener la esencia de la historia respetando el idioma autóctono, colocando los dichosos cartelitos en la parte inferior, sí, los de la página donde se lo han descargado [guiño, guiño –Teddy Bautista- guiño, guiño] y, además, la traducción del diálogo de los personajes. Una historia centrada en la cultura Maya, escogiendo un joven sin nada en especial pero perfecto para encarnar el personaje del héroe. Con dos historias principales que arrancan con la invasión del poblado del protagonista por una tribu rival y que desdobla la acción en una trama principal, con la que descubriremos algunos de los secretos de la cultura maya, y una secundaria, que nos narra la supervivencia de la mujer del protagonista y de su hijo.

Nuevamente se le acusará de un hiperrrealismo excesivo en las escenas violentas (y eso que los primeros planos más sangrientos se han disimulado). Un abuso de las vísceras cuyo reparo se justifica en un remilgo que no se siente a la hora de almorzar con el telediario de fondo. Este hecho no restará calidad a la película. Aunque no está a la altura de sus dos anteriores apuestas, quizá porque los mayas resultan demasiados ajenos y desconocidos, el resultado es una película magnífica. A pesar de tener que leer los subtítulos, no se pierde la acción en ningún momento. Acción que trascurre placidamente, alimentando el deseo del espectador de avanzar en el descubrimiento de aquello que Gibson nos quiere mostrar y que va racionando de manera adecuada. Creando una expectativa que no esconde el más que evidente desenlace que, como la cultura a la que pertenecen los protagonistas, tendrá un final trágico. Porque esa es la gran habilidad que se le adivina al director, el conducir al espectador por aquellos lugares que quiere mostrar sin necesidad de armar grandes artificios argumentativos (que no escenográficos). Una sencillez absoluta que nunca será calificada como arte y ensayo, pero que se agradece en estos tiempos que corren de pretendida intelectualidad artística.

Al igual que hizo en “La Pasión”, cede los papeles protagonistas a actores poco conocidos (ahora James Caviezel es más conocido y Monica Bellucci como Maria Magdalena era toda una tentación que no podía pasar por alto), con el fin de centrarse en la historia. Interpretes más que solvente que quedarán a cargo de la promoción de la película por los problemas que Gibson ha tenido en estas últimas fechas. Carencias en la promoción, que se acentuará con la más que probable ausencia en la alfombra roja de los Óscar en el próximo año, que no deben ocultar esta buena película. Si tienen ocasión, no dejen de verla.

16 de diciembre de 2006

...pero sigue siendo el Rey!!!


No hace falta que uno diga que es republicano(*), creo que eso salta a la vista y en más de alguna ocasión me he manifestado como tal. No obstante, dejo en mi corazón un lugar para la monarquía, pero no para la monarquía entendida del modo tradicional: heredada de padres a hijos y con un falso origen divino (niños, no creáis a Dan Brown, es mentira). La monarquía a la que yo me refiero es a la que surge del corazón, esa pequeña adhesión voluntaria a una persona a la que conviertes en rey/reina profesándole una devota admiración. En ese ejercicio de adhesión (nunca de vasallaje) se van sumando más personas que por las razones que sea, sienten una admiración similar por ese rey, llegando éste a poseer más legitimidad que las propias dinastías reinantes. Esa legitimidad democrática de la que carecen éstas (a pesar de las piruetas legales y constitucionales que fálsamente se les otorgan), es la que poseen aquellos.

Hoy les hablaré de quien considero el verdadero Rey, el mítico Elvis Aron Presley, quien se convirtió en todo un icono del siglo XX y que nos ha emocionado a través de sus canciones. Hay quien le denomina el Rey del Rock'n'roll, lo cual no le hace justicia en absoluto, pues precisamente no destacó en este género, a pesar de que ayudó a popularizarlo en el mundo entero. Y es que Elvis que comenzó en esto de la música por casualidad. Se cuenta que grabando un disco para regalárselo a su madre por su cumpleaños, el productor vió que aquel joven camionero de Tupelo (Mississippi) tenía un gran talento y podría convertirse en una gran estrella. Pronto revolucionó el mercado musical gracias a su atractivo, su forma de vestir (que se correspondía con la rebeldía juvenil de aquellos años 50), su peculiar forma de bailar (esos movimientos pélvicos que aprendió de las bailarinas de strip-tease y que le valieron el sobrenombre de Elvis "the Pelvis") y su potente y cálida voz (que recordaba a la forma de cantar de los afroamericanos). Todo ello supuso una revolución en el mercado musical y el nacimiento de la música pop como producto de masas global. Hacia 1956, ya era un auténtico ídolo de los adolescentes y sus conciertos se llenaban de admiradores enfervorecidos terminando en graves disturbios, lo cual provocó la censura de las autoridades hacia los espectáculos de Presley, a quien incluso en los programas de televisión (Ed Sullivan's show) se le enfocaba de cintura para arriba para evitar filmar sus famosos movimientos pélvicos, origen del entusiasmo de las jovencitas y causa, tal vez, de la primera revolución sexual. Algunos sectores conservadores de la época le consideraron un peligro para la cultura y la moral norteamericanas. Quizás su paso por el servicio militar en Alemania durante 1957, le hizo ganarse el respeto de los conservadores y tal vez frenó la furia que había desarrollado durante sus primeros años de carrera musical. Convertido ya en un artista querido por todos en los años 60, inició su carrera en el cine, interpreándose a sí mismo en películas musicales de serie B como "Elvis en Hawaii", carentes de toda calidad y que no eran otra cosa que mercadería al servicio de la venta de sus discos (llegó a filmar hasta 27 películas, que le hicieron ganar en torno a los 130 millones de dólares). La nueva música psicodélica (Jefferson Airplane, Grateful Dead, The Doors, Jimi Hendrix, Janis Joplin...), unida al fenómeno británico que arrasó el mundo entero (me refiero, claro está, a The Beatles), y al hartazón de las películas de Elvis, hicieron que el público se cansara del mítico artista que había pasado de moda.

A partir de 1968, harto de los malos resultados de su carrera como actor y la pérdida de beneficios por la venta de sus discos, decidió relanzar su carrera con un espectáculo televisivo titulado " '68 Comeback Special" que fue retransmitido por la cadena NBC, por el que obtuvo un gran reconocimiento y fue el inicio de una serie de espectáculos en vivo, primero en Las Vegas y después a lo largo y ancho de los Estados Unidos. Tras siete años fuera de las listas de éxitos, su canción "Suspicious minds" consiguió el número 1 en el Billboard, así como su canción "In the ghetto". Un número 1 que también se repitió en países como el Reino Unido y la República Federal Alemana. En el período entre 1969 y 1977, ofreció más de mil actuaciones en las que colgó el cartel de "No hay billetes", superando a grandes artistas como el mítico Frank Sinatra (amo y señor de Las Vegas).

El 16 de agosto de 1977, fue encontrado muerto en su mansión "Graceland" de Memphis (Tennessee), a la edad de 42 años. Las causa oficial de la muerte de Elvis fue una arritmia cardiaca probablemente provocada por el consumo abusivo de somniferos, a los que se había vuelto adicto en la última etapa de su vida. Existe controversia en cuanto a la muerte de Elvis y existen distintas teorías de lo más variopinto que llegan a afirmar un suicidio o incluso la existencia una grave enfermedad degenerativa que le llevara al consumo de drogas para soportar el dolor. También se habla, pero esto no es más que pura fantasía, que Elvis sigue vivo y que fue transportado a otro planeta donde vive y hace conciertos con Jim Morrison, John Lennon, Jimi Hendrix...

Otra de las facetas, quizás de las más desconocidas del artista, era la política. Declarado admirador de John F. Kennedy, no pudo evitar llorar ante las cámaras el día de la muerte de éste. Elvis interpretó varias canciones de tema político y social como "If I Can Dream", "In the Ghetto", "Change of Habit", y "Walk a Mile in My Shoes" y apoyó con su música las campañas de John F. Kennedy y más tarde de su hermano Robert, y teniendo una gran amistad con Jimmy Carter. Su enorme popularidad, quizás aún mayor que la de los propios presidentes de los Estados Unidos, hizo común la visita de Elvis a todos y cada uno de los inquilinos de la Casa Blanca, quienes veían en su encuentro con el Rey una manera de aumentar su popularidad (una de las fotos más reclamadas en la tienda de la Casa Blanca es la del republicano Nixon con el malogrado Elvis).



Creo que Elvis ha sido y será uno de los más grandes artistas de la historia. Su voz ha emocionado a varias generaciones y siempre quedará su imagen como icono representativo del siglo XX. A pesar de su prematura muerte, sigue siendo el Rey en los corazones de quienes nos emocionamos con su música. Mientras escribo esto, por los altavoces escucho el disco de Gospel de Elvis, muy recomendable para todos aquellos a los que os gusta la música con alma. Otra de mis recomendaciones para los que no les gusten los villancicos tradicionales, es que os hagáis (por el medio que sea [guiño, guiño, T.B. guiño, guiño]) con el disco de canciones navideñas de este gran artista, una verdadera delicia para los oídos durante esas eduloradas hasta la nausea fechas.

Por último, y por recomendación de Ottinger (aunque no sea la canción que me recomendó "My way", no la pude encontrar de nuevo), aquí os pongo la actuación de dos de los más grandes cantantes del siglo pasado: el señor Frank Sinatra ("Ojos azules", "La voz", "The head of the Board" y su majestad Elvis Aron Presley (el REY)






(*) Para nuestros lectores estadounidenses, que los habrá (digo yo), cuando digo que soy republicano no me refiero a que sea partidario del partido republicano de su país (sí, lo acertaron, el de Bush, Schwarzeneegger, Condoleeza, Nixon), sino que soy partidario de que mi país, España, se convierta en una República (ya no me meto en que ésta sea federal, porque tengo mis serias dudas al respecto y prefiero la fórmula con que constituyó la II República Española allá por 1931 en la forma de República integral)

12 de diciembre de 2006

Cine del recuerdo (y más)

Para “Centauros del desierto”, cincuenta años no es nada. El mejor John Ford con el mejor John Wayne en una de las películas más reconocidas de la historia del cine, ha cumplido medio siglo. Recomendable recuperación de este clásico del oeste casi insuperable. Espero que pese a la reedición de un DVD remasterizado, algún canal de televisión se digne y nos la ponga (aunque sea a las tres de la madrugada). Una muestra del enorme talento de Ford, que realizó una película que planteaba por primera vez en el cine (y eso es casi decir por primera vez en todos los demás ámbitos) las matanzas de indios a manos del hombre blanco (diremos que primero los comanches asesinan a la familia de Wayne). Hombres americanos que no aparecían como los típicos héroes de las demás pelis de vaqueros, en los que salvaban a las mujeres de caer en las redes del rostro pálido. Todo un adelanto para su época.

Pero como no sólo de clásicos se vive, me cuelan “The Holiday (Vacaciones)” de la Rosa de Inglaterra, la guapa Cameron Díaz, el gran Jude Law y ese otro que sale y cuyo talento se le supone. Si pueden elegir, alquilen el DVD de “Centauros en el desierto”. Que no es por ser negativo pero es que lo único que salva es el cameo de Dustin Hoffman en el Blockbuster. El resto aburrido, previsible y sin chispa. Menos chispa que el psicoanálisis que Daniel Burman se marca en la argentina “Derecho de familia”. Un hijo que es profesor de derecho y abogado y que mantiene una extraña relación con su padre. Fruto ésta de todas sus neuras y traumas. Se me olvidó comentar, en la entrada anterior, “El ilusionista”. Una pequeña joya que Norton y Giamatti bordan a la perfección. Gran cine en una historia que no cuenta nada nuevo pero que te envuelve desde el primer momento, sin perder de vista la acción ni un solo momento, por muy evidente que sea el final. Curioso para un director cuya anterior película es “Entrevista con un asesino”.

Pero la actualidad manda, y el día 10 otro “que se muere en la cama nos dejó. Por ello recordamos tres películas. La primera de ellas “Missing”, recomendada por Harry (queda pendiente su crónica de esta película). Costa-Gavras nos narra la historia de Jack Lemmon y Sissy Spacek, que buscan a su hijo desaparecido en Chile tras el golpe de Pinochet. Un reconstrucción del golpe y la situación que se produjo después, con los miles de desaparecidos que el maestro Costa-Gavras, en la primera persona de unos padres que exploran el horror de la dictadura, relata de forma directa y frontal.

Más adelante, la sobrina de Allende escribió “De amor y de sombra”, una novela que llegó al cine de la mano de Betty Kaplan. Una historia que nos cuenta como la casualidad lleva a un fotógrafo, Banderas, y su compañera, Connelly, a encuentrar decenas de cadáver de represaliados de la dictadura chilena. Un punto de inicio para el relato de un drama sobre el Chile que acabó con el gobierno Allende.

Por último, hay muchas otras películas, y por analogía “Garaje Olimpo”. Se trata de Argentina y no de Chile pero la crudeza y semejanza de las formas la hacen más que recomendable. Relata la historia de una chica, que es detenida en Argentina durante la dictadura y que, tratada por unas personas que no parecen especialmente crueles, uno de sus captores es un conocido. Le encierran en un garaje donde intentan sacarle toda la información posible. Sin grandes escenas de violencia, la cinta conduce inevitablemente a decenas de cuerpos drogados a la parte trasera de un camión rumbo a un avión para iniciar un viaje cuyo final ya estaba escrito.

5 de diciembre de 2006

Cuando el cine no acompaña

Después de ver “Casino Royale” me planteé que si me hubiese descargado la película de unos de esos malévolos programas de redes de pares, el eMule por ejemplo [guiño, guiño -Teddy Bautista- guiño, guiño], tendría que haberla subido de nuevo a la red para devolverla de lo tremendamente aburrida que es. Con menos escenas de acción de las habituales, aunque igualmente fantásticas, la película desfila ante un sin fin de pretendida tensión alrededor de una partida de poker, en la que lo más interesante es averiguar si después de esta nueva entrega Judi Dench abandonará a Bond para dedicarse al buen cine y al teatro. Por muy bien que paguen, la dignidad de una señora debe estar por encima de las anécdotas que pueda contar sobre el rubio en sus reuniones de té con pastas. Claro que debe perder grandes cantidades de dinero en sus partidas de bridge y por eso ya está en la nómina de la próxima entrega, “Bond 22” (es el título provisional del proyecto).

Que si rara es la combinación de Bond con un rubio, también lo es una película inglesa con un director mexicano y que ha dado como resultado “Hijos del hombres” o “¿Por qué me empeñaría ver esta película cuando las señales me decían que no lo hiciese?” Aburrida, absurda y pretendidamente intelectual cuando para criticar a Bush y a las leyes anti-inmigración no hace falta más que un megáfono, una pancarta e ir a una de las múltiples convocatorias de manifestación que hay en cualquier ciudad del mundo. Rellenar dos horas de película con una versión de la novela de ciencia ficción de P.D. James es todo un exceso que ni Julianne Moore, Michael Caine o Clive Owen pueden salvar. Lástima de contar con estos actores y no dar la talla ni en el guión ni en la dirección.

Y de adaptación de novela a adaptación de novela y ya es la tercera de la lista, “El perfume”. Esta película es al cine lo que el Ministerio de Vivienda a la especulación inmobiliaria, intranscendente (podía ser un chiste, pero no lo es). Gran trabajo del actor Ben Whishaw, que ya interpretara al mítico Richards en “Stoned”, y del siempre correcto Hoffman (de Alan Rickman no decimos nada porque para lo que sale…). Pero el resto es igualito que la novela, pero igualito de malo. Desde su inicio hasta su fin. Desesperado por encontrar algo decente que ver, me fui al cine de animación. “Ratonpolis” la elegida, a la espera de “Happy feet”. Ratones bien dibujados y parecidos a los que acompaña un prospecto en el que se advierte a los padres de los niños que no dejen a sus vástagos manejar maquinaria pesada mientras ven la película. Yo no lo leí, pero es que tampoco tengo hijos reconocidos. Como curiosidad el protagonista, que debió ser el elegido para el papel de Bond, es Hugh Jackman, que además de tener el honroso mérito de protagonizar la peor película de Allen de los últimos años, repite en el doblaje de animación con su participación en la de los pingüinos cantarines. En referencia a “Scoop”, lo que tiene que hacer el pobre Woody para vencer las mismas obsesiones con las rubias que torturaron toda la vida al genial Hitchcock.

Mucho cine comercial y poca calidad que se completa con “Los fantasmas de Goya”, “Deja vu” y “Pequeña Miss Sunshine”. De la primera, lo mejor de todo es darse el gustazo en producción de alquilar un par de días por unos miles de euros el parque de El Retiro para ti sólo. Del resto una pregunta recurrente, ¿por qué los actores españoles tienen la manía de doblarse a sí mismos y no dejan que hagan su trabajo los excelentes actores de doblaje? Bardem debería haberlo aprendido del nuevo hombre promoción, al que le costó mucho darse cuenta que su doblador hacia mejor de él, que él mismo. La segunda, protagonizada por Denzel Washintong, un cruce de ciencia ficción con caza al terrorista. En fin, dirigida por Tony Scott, el hermano tonto de Ridley, ¿qué se podía esperar? Y por último, que tanta acidez con el cine no puede ser bueno, la pequeña Sunshine, que me habían presentado como una mordaz visión de los Estados Unidos en los ojos de una familia típica, una revisión del sueño americano, cine independiente de gran contenido… “Sí, bueno, de acuerdo”, que diría la niña de Shrek. Es decir, si presentamos a un gay suicida con tendencia al fracaso, un padre competitivo como un marine, una madre que vive en su mundo, un hijo adolescente que no le habla a su familia como acto de rebeldía, una niña con tendencia a la obesidad que se presenta a concursos de belleza y un abuelo salido y cocainómano, tenemos la perfecta crítica a la sociedad estadounidense. Eso, o una película de Almodóvar, no te jode.

Veremos en este puente que nos espera. De momento promete la independiente de suspense “Brick” (veras que es como la de la niña) y la ácida francesa “Palacio Real”. Es que a uno le sale la vena republicana y no puede pasar por alto esta bonita historia de una logopeda reconvertida en princesa, a pesar de las malas críticas que acumula.

Con tanta promoción y efecto rebote casi olvido que Banderas tiene una película nueva. Que todavía no sé de qué va. Sólo que la ha dirigido él. La promoción es lo único que cuenta. Como “Crazy in Alabama” resultó bastante decente, incluso buena, con una gran Melania (y un banda sonora de lo más acerta), le daremos una oportunidad a esta aunque cuente con algunos de los actores más lamentables de las teleseries españolas.

Menos mal que ya queda menos para que estrenen "Rocky VI", que hará buenas al resto.