18 de diciembre de 2008

¿Por qué haces esto?, de Jason

Lo negro está de moda. No, no nos referimos a la victoria de Obama –que está por ver que vaya a hacer algo- sino a la novela policíaca. La novela negra. Una muerte es un hecho sobre el que puede girar la mejor y la peor de las historias. Da la posibilidad al autor de reflexionar sobre la vida de sus personajes, sobre las diferentes maneras de vivir y sobre el hecho mismo de la muerte. Un espejo frágil que separa ambos estados facilita la reflexión. Sin embargo, el hecho mismo de quitar la vida a alguien, de eliminar con un solo y terrible acto todas las esperanzas, ilusiones, planes y problemas de una persona, eliminar los planes de tantas y tantas personas para con esa víctima, permite reflexionar también sobre la capacidad del ser humano para crear y destruir el mundo en el que vive.

Un asesinato es, por tanto, un buen motivo para una novela. Sobre él giran tantas y tantas cuestiones que posibilita casi cualquier reflexión y mensaje. Grandes autores de la literatura occidental dejaron una huella imborrable con novelas negras. Los asesinatos y terribles crímenes fueron la excusa para la crítica social y moral de su tiempo. Raymond Chandler, con su detective duro y malhablado, G. K. Chesterton, son sus personajes al margen de la sociedad victoriana, Edgar Allan Poe, con sus relatos llenos de misterio. Nombres que todo el mundo conoce o debería conocer pues, en su ámbito, nos llenaron los cerebelos de balas traicioneras, jeroglíficos imposibles de resolver y deducciones lógicas que jamás parecerían racionales a ojos del sheriff del condado.

Como buen plagiador de estilos, el cine tomó las ideas de la novela y las transformó en un lenguaje propio lleno de imágenes sugerentes y de silencios interpretativos. El cómic, mezcla de ambas artes, pero independiente a todas luces, no podía faltar en la división del género negro. Aquí se instala con fuerza ¿Por qué haces esto?, del noruego Jason (Astiberri).

La historia del asesinato de Claude a manos de un extraño desconocido hace que, sin apenas esperarlo y sin dar tregua al lector, la acción pase de cero a cien en apenas un par de viñetas. Jason nos cuenta una historia que apenas daría para un capítulo de cualquier serie televisiva. Sin embargo es el cómo lo cuenta lo que hace que se disfrute tanto y que den ganas de precipitarse otra vez en ella nada más terminar la última página. Hay que estar atento a cada cuadrado, a cada bocadillo que sale de los personajes, a cada mirada, si no queremos perdernos un momento determinante del relato.

Delicado. Ese podría ser el calificativo del estilo de Jason. Sus personajes, antropomórficos, apenas expresan emociones con el rostro y son dibujados de manera férrea. Casi cuesta distinguir a los personajes de una misma raza, apenas distinguibles por sus ropas o por una perilla o “corte de pelo” particular. Tal escueto estilo invita a contemplar el resto de la viñeta. Los fondos, de líneas claras y definidas. Austeridad ante todo, no abundan los personajes en segundas acciones y, por lo tanto, cada objeto o persona dibujada adquiere una importancia y llama la atención del lector.

El estilo narrativo de Jason no se basa por tanto en la expresividad de los personajes. Tampoco en los diálogos, certeros y reales, sino en los silencios. Jason domina muy bien los silencios de cada viñeta y el lector puede ser capaz de interpretar cada emoción sentida por los personajes, cada tensión labrada. Nos demuestra que no es necesario hacer un alarde de fantasía y sofisticación para hacernos vibrar en la silla con una simple persecución callejera y que, muchas veces, basta con una simple onomatopeya para hacernos partícipes de tanta tragedia.

Es en definitiva un gran cómic, una gran novela de género negro –con una fascinante portada-, que podría ocupar un gran lugar entre todas esas novelas de disparos que solemos acumular en nuestras estanterías. Estos son los principios de Jason. Y si no le gustan, lo lamentamos, no estaban en venta.

3 comentarios:

  1. Cada vez me interesa más el cómic. Gracias por la recomendación. Ya te contaré.

    Saludos y felices vacaciones.

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  2. A mí, además, me parece sublime la elección del título. Confieso una cierta debilidad por los títulos en forma de pregunta. Y aún más si la respuesta no se encuentra en la historia.

    Precioso cómic de la primera a la última viñeta.

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  3. Eugenio, yo le he terminado perdiendo el miedo al cómic y ya me entrego sin miedos. Este de Jason me parece un cómic perfecto para los amantes del cine negro. Las viñetas parecen fotogramas de cualquier obra maestra del género. Una delicia.

    eva, has de saber que en periodismo se dice que un título con interrogantes es el peor titular. Como los periodistas me dan igual te diré que sí, que me gusta mucho el título y que además le viene perfecto a este cómic. Me alegro de que gustara.

    ¡¡¡¡Saludos!!!!

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