Nina Simone es sinónimo de clase. Pura elegancia al cantar. Su tono de voz difícilmente clasificable y a caballo entre una las grandes divas del jazz y el desagarro de los espirituales, la hace inconfundible. Si sólo cantase podríamos afirmar que estamos ante una de las grandes intérpretes, pero su faceta de compositora y su inolvidable figura aporreando el piano hacen que adquiera una dimensión que la clasifica muy alto dentro de las grandes divas de la historia de la música. Este que presentamos hoy es sólo un recopilatorio de los muchos que hay en el mercado y que recoge la mayor parte de los éxitos de una Simone que, escuchados todos juntos y seguidos, no hace sino acumular himnos y canciones inmortales. Unas veces gracias a la publicidad de un coche que resucita un “Ain’t got no – I got life” aparentemente olvidado como vehículo de reivindicación (extraída de “Hair”) o de un perfume que consagra su elegancia a través de los acordes de “I put a spell on you”. Pero más allá de la poderosa publicidad, Nina Simone siempre quedará en el recuerdo con el prototipo del soul que supone “My baby just care for me”, la canción protesta como “Mississippi goddam” (dentro su actividad en la lucha por los derechos civiles), con la impresionante “I feeling good” (que ha soportado diversas versiones en los últimos años), o la poderosa e hipnótica “Sinnerman” que sedujo a dos Thomas Crown… y cómo no, “Ne me quite pas”, que compartirá eternamente con Edith Piaff (y con Jacques Brel, autor de la canción).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.