12 de enero de 2007

Banderas de nuestros padres, de Clint Eastwood

Banderas de nuestros padres”, nos desvela uno de esos engaños o artificios de los que muchas veces hemos hablado, la propaganda y la manipulación de la historia como instrumento persuasivo. La célebre foto tomada, por los corresponsales de la agencia Associated Press, durante la batalla de Iwo Jima, es el punto de partida para este singular relato que Clint Eastwood, con la colaboración del mago Spielberg, intenta contar.

Con la propaganda como telón de fondo, la película nos narra la historia de una ficticia foto de una conquista que no se produjo hasta treinta días después. Los protagonistas de la misma son enviados de vuelta a casa con el firme propósito de llevarlos de gira por todo EEUU como reclamo para la venta de bonos. Protagonistas que lo fueron por casualidad y que se acompaña de un soldado que ni siquiera aparece en la instantánea. Todo sea por la recaudación.

La película resulta muy prometedora en su inicio y muy decepcionante en su desarrollo. Con saltos en el tiempo, y con el remordimiento-recuerdo de uno de los soldados en el momento actual, se construye la revisión histórica pretendida por el dúo director-productor. Lo más interesante de la misma, además del descubrimiento de la manipulación que realizó el Gobierno de los EEUU para utilizar a estos soldados en la recaudación de bonos de guerra, es la excelencia en las secuencias bélicas. Después de la impresionante “Salvar al soldado Ryan”, una de las mejores películas bélicas en su realización, “Banderas” sin ser netamente bélica (contiene muy pocas escenas de estas características) mantiene el nivel alcanzado por Spielberg. Desplegando todo el talento de Eastwood a la hora de montar el escenario pero fallando en la construcción del desarrollo. Imposible no mencionar la dirección artística, que ya que la protagonista es una fotografía, la de la película es inmejorable.

Sin bien es cierto que la mayoría de las películas de Eastwood tienen unos diez minutos de lapsus en los que parece perderse, para retornar de los mismos con más fuerza para tomar el desenlace, esta no es la ocasión. El director parece tomarse muchos minutos más de descanso para regresar en el tramo final cuando ya resulta intrascendente que lo haga o no. Más que nada porque la película se desinfla sola ya que no se trata de una revisión valiente. Si lo es que nos descubra, sitúense en la óptica estadounidense, que uno de esos momentos heroicos de su historia no es más que fruto de la coincidencia y la manipulación. Pero no profundiza en el mismo. Se limita a presentar el hecho, contar como reaccionaban los ciudadanos de puntillas, como les llevaban y les traían, y realiza una reflexión sobre los protagonistas más propia de una teleserie que de las acostumbradas del director de “Medianoche en el jardín del Bien y del Mal”.

Una decepción. Aunque puede que se compense con la segunda parte no continuada de “Banderas de nuestros padres”, rodada sin la producción de Spielberg, “Cartas desde Iwo Jima”, que nos muestra la batalla de Iwo Jima en su versión original desde el lado japonés. Como aún no la han estrenado, no procede su comentario, que ya resulta muy sospechoso que se comentase en su momento “Apocalypto”, sin que se haya estrenado oficialmente en España [guiño, guiño –Teddy Bautista- guiño, guiño].


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Me tomo este último párrafo para recomendarles una película de esas que de vez en cuando aparecen en la cartelera. “Cándida”. La crítica de cine del dúo de humoristas-periodistas Gomaespuma, es retratada en un falso biopic (la palabra está de moda) que sirve de excusa para un homenaje particular de los hermanos Fesser a su asistenta y a todas esas mujeres con las que la desgracia se ha cebado y que no han parado de luchar. Ya me temía que la película no sería la pretendida comedia con la que los publicistas la regalan. Aunque tiene momentos épicos dentro de la comedia, el drama de esta mujer es lo suficiente potente e interesante como para realizar esta película, que no pasará a lo anales de la historia de la cinematografía, pero que es una de las más recomendables de la cartelera. Ya saben, si tienen ocasión, no dejen de verla.

8 comentarios:

  1. Perdona el ánimo corectivo-tocacojones, pero los hermanos se llaman Fesser, no Fresser.

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  2. siguiendo con el ánimo correctivo-tocacojones, se escribe "correctivo-tocacojones". Caray con las "r"!!!
    En cuanto a la película, gracias por el aviso, pq pensaba verla (nótese que no he incluido la perífrasis verbal "ir a"), así por lo menos le ahorro fatigas al pobre equino

    Salud!!!

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  3. zama enmienda realizada. Gracias por la visita y la corrección.

    harry, con tanto Portal, el animal necesita un merecido descanso.

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  4. Prometo comentarte una vez que ve la peli de Eastwood. La estrenarán pronto en Buenos Aires.

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  5. Tengo curiosidad por conocer la perspectiva japonesa, puesto que la toma de IWO JIMA supuso una verdadera carnicería. La mentalidad guerrera nipona todavía nos resulta incomprensible por su total vehemencia y obediencia ciega a su causa. Veremos cómo la plantean.

    No he visto la película, pero en el libro de Jesus Hernández (Las 100 mejores anécdotas de la II GM), se dice que la famosa foto del monte Suribachi, que le dio el pulitzer a Joe Rosenthal (1945), no era la toma del monte. Simplemente el cambio de la bandera por una más grande, puesto que la cima ya había sido conquistada horas antes.De hecho, la de Rosenthal tampoco era la primera foto sobre la cima, puesto que un sargento de infanteria, Lou Lowery, fotógrafo del ejército, había sacado otra anteriormente, cuando izaron la primera bandera.

    No obstante, a los 6 chicos de la foto los convirtieron el heroes, para alimento del espíritu norteamericano, pero también a costa de sus protagonistas. No sé si lo expone en la peli (ATENCIÓN, NO SIGAIS LEYENDO SI QUEREIS VERLA), pero los heroes de Suribachi quedaron marcados por un posterior y terrible fatalismo. Tres de ellos no salieron vivos de IWO JIMA. Otro, Gagnon, fue herido y evacuado. Moriría de un infarto a los 54 años, cuando trabajado por empleado de la limpieza, lamentando que su celebridad no le hubiera permitido vivir mejor. Los otros dos tampoco prosperaron más allá de las palmaditas en la espalda. El canadiense, Bradley, siguió su vida con su família de 7 hijos, la funeraría que dirigía y un alcholismo galopante. Supuestamente volvió a Canadá, pero era una manera de deshacerse de las visitas; Al otro soldado, Hayes, el indio de Arizona, le fue peor.Murió alcoholizado 10 años después de la foto. No obstante, Bob Dylan le dedicó una canción.

    Veremos LETTERS FROM IWO JIMA, aunque 21.000 japoneses muertos de los 24.000 que defendían la isla no auguran un final mucho más feliz que la "optimista" perspectiva americana.

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  6. Cómo está la real academia por aquí, más dura que en madrid, vaya.

    No creoq ue vaya a ver esta peli, me suena a chorrada nostálgica de chachas que cuidan a niños entrados en años y todo tan bonito. No me mientas, Harry.
    Besicos

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  7. Como prometí, hoy vuelvo y comento. Me resisto a hablar del cine de Clint Eastwood, porque generalmente es considerado un gran director y para mí no lo es. Siempre tengo la impresión de que estoy frente a alguien que no es sincero. Digo, y perdonen quienes lo admiran, porque puedo estar equivocada, pero después de haber visto toooodo lo que este hombre ha dirigido, siento que se atreve a criticar su sociedad, pero en el fondo, él avala eso que critica... Nunca, nunca ¿eh?, he visto un personaje femenino que me crea, y siempre encuentro entrelíneas detalles que se contradicen con el aparente discurso del film.
    Banderas de nuestros padres, además es, como se dice aquí, una película que no se mantiene. Decepciona, sí. Supongo que mucho más a los seguidores de Eastwood. Lo lamento.

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