27 de octubre de 2006

Katie Melua

Hace poco ha estado por nuestro país, de promoción de su segundo disco, Katie Melua . Aunque no ha tenido la consideración de ofrecer alguna actuación en directo (o yo no me he enterado), su talento y presencia lo compensa. Tengo que agradecer a Jaime Cullum, quién me acompañó en parte de la redacción del D.E.A. que años atrás presente para obtener el insigne título de C.S.A. (Científico Social Avanzado - en honor del Ilmo. González de Heredia), el descubrimiento de Katie Melua. Gracias al Twentysomethings, en los que muchos nos encontramos, presté atención a una actuación que tenía Cullum en los Brits Awards. Cantaba una versión de Lovecats del grupo The Cure con una, hasta entonces, desconocida cantante. Con los primeros compases de la canción, la voz dulce, delicada, calida (póngale todos los sinónimos por aproximación que se le ocurra) me conquistó. Lo que se dice un flechazo. Y decidí investigar sobre esta guapa georgiana.

No había publicado más que un disco, Call off the search. En España aún no se vendía, al menos no en los grandes centros de explotación del consumo frenético. Tarde un poco en hacerme con el disco [guiño, guiño – Teddy Bautista – guiño, guiño] pero al escucharlo mereció la pena el esfuerzo. Aquellas 12 canciones cumplieron con la expectativa generada tras aquel directo. Melosa y delicada, encadena unas buenas letras con el ritmo cadencioso de unas melodías que te trasportan a una especie de realidad paralela en la que es difícil no encontrar la paz y la inspiración para afrontar un par de párrafos de la tesis mas abrupta.

De su primer trabajo destacaba el single de promoción, The Closest Thing To Crazy. Una historia de esas canciones que sólo escuchándola se sabe de qué habla, más allá de su letra. También destaca Belfast (Penguins and Cats) o Faraway voice, dentro de esa delicadeza de la que sería imposible no enamorase. Sin olvidarnos de la versión de Lilac wine en esta misma línea.



Poco después del descubrimiento, Melua publicó su segundo trabajo. Piece by piece podía ser el típico segundo disco después de un exitoso primer trabajo, en el que la calidad se cedía a la autopromoción. Aunque resulta algo menos armónico que el Call off the search, este disco guarda alguna de las mejores canciones de Melua (con sólo dos discos tampoco es un gran mérito). El single que da título al álbum, Nine millon bicycles, I cried for you (video)... la reafirman como una de las cantantes que mejor expresan la melancolía y el romanticismo sin grandes despliegues orquestales. Para aquellos que estén interesados en este disco, se recomienda comprar la versión que incluye On the road again, que además de ser una canción, ha dado título a un DVD (bonus) con un concierto con los temas de Call off the search. Si bien la calidad vocal desciende ligeramente del estudio al directo, la presencia solvente y sencilla de la cantante resuelven cualquier posible desajuste. Además, la última versión incluye más bonus tracks, entre ellos It's only pain, publicado el 11 de septiembre de este año. El video no hace justicia pero sí la canción.



Entre tanto, y mientras prepara ya su tercer trabajo, nos ha dejado algunas versiones de grandes temas. Para coleccionistas algunos enlaces a videos de You tube: Too much love will kill you (con Queen en Live at 46664), Moon river, Heartbreak hotel, Angie, Brown eyed girl (con Brian Kennedy), Blowin' in the wind...

26 de octubre de 2006

American Dreamz

Estoy seguro que ninguno de ustedes, informados lectores de Destripando terrones, jamás elegirían esta película como una de las mejores de la historia del cine. Tranquilícense, yo tampoco. Me da la sensación de que tampoco la elegirían para pasar la tarde, ni para que figurara como información en los clusters de sus discos duros [guiño, guiño Teddy Bautista, guiño, guiño]. En este caso debo confesar mi culpa, la he visto y tampoco está tan mal. A pesar de que la lista de actores tira un poco para atrás (ya sabéis: el británicamente empalagoso Hugh Grant - que hace el mismo personaje siempre -, un decadente, aunque en esta peli lo borda, Dennis Quaid, una neumática Mandy Moore entre otros...) y la estética sea un tanto cursi, la película te engancha desde el primer minuto. Y es que, parece mentira, no hay en el mundo gente tan capaz de reirse de sí mismos como los estadounidenses (ejemplos hay muchos, desde los Simpsons, Woody Allen, o hasta el propio Commander-in-chief). El argumento aborda de manera sarcástica los mayores traumas de la sociedad estadounidense en la actualidad: el terrorismo de origen islamista, la incompetencia presidencial y los concursos de talentos al estilo Operación triunfo que también intoxican y alienan al proletariado del Imperio.
Bajo esas tres premisas, el director y guionista Paul Weitz nos dibuja la historia de Omer (Sam Golzari), un joven iraquí militante en un grupo terrorista islamista al que le gustan los musicales de Broadway. Su incompetencia como terrorista hace que la dirección de la organización terrorista le envíe a los EEUU como célula durmiente a casa, cómo no, de sus tíos ricos. Allí, por casualidades de la vida, entrará a participar en el concurso American Dreamz presentado por el narcisista Martin Tweed (Hugh Grant), quien a la vista del descenso de popularidad del concurso decide revitalizarlo con la presencia del mismísimo Presidente de los Estados Unidos, Joe Staton (Dennis Quaid) como jurado especial en la final del concurso. Por otro lado nos relata la historia de Sally Kendoo (Mandy Moore), una joven que inmediatamente nos recuerda a la hortera de Britney Spears, cuyo único objetivo en la vida es la de convertirse en una estrella de la canción cueste lo que cueste, siempre asesorada por la harpía de su madre. La presencia del máximo mandatario de los EEUU en el concurso, hace que la cúpula del grupo terrorista decida despertar la célula durmiente para atentar contra el alto dignatario americano. Sobre lo que ocurre después, y para evitar un disgusto de quien se atreva con semejante film, evitaré desvelar su hilarante final.
Quizás lo mejor de la película sea la interpretación de Dennis Quaid, que parodia al Presidente de los Estados Unidos, George W. Bush (también conocido como Mistel Danyel) y que imita a la perfección ese gesto de amohinamiento tan típico de éste. La presunta Laura Bush, que en la película obviamente recibe otro nombre (ya saben, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia... ) también es clavada, y el que dicta las órdenes al presidente es igualito, curiosamente, a Dick Cheney.
American Dreamz, que también es el nombre de la película, puede resultar un petardazo infumable a aquellos que gustan del mejor cine. A ellos, sólo a ellos, les diría que no perdieran el tiempo en contemplarla. En mi opinión, existen otras muchas opciones de ocio alternativas que pueden superar con creces a esta película (a ver, a ver, déjenme pensar...), sin embargo resulta, cuanto menos entretenida para una fría y lluviosa tarde de sábado con gripe.

23 de octubre de 2006

Divinas Palabras que no son Esperpento


Cuando su madre muere en uno de los caminos que comunican diferentes aldeas gallegas, Laureano, un enano hidrocefálico, deberá ser cuidado por una de sus dos tías.

Así comenzó Valle el planteamiento de su obra Divinas Palabras que se está representando hasta el próximo sábado en el Teatro Valle-Inclán de Madrid. No cabe duda de que Valle ha sido uno de los mayores autores teatrales en lengua castellana que han visto la luz. Su figura manca y barbuda correteó las distintas tabernas de Madrid así como las diferentes tertulias que en aquella época había en la capital. No pretendemos descubrir su figura en este espacio, sino trazar algunos comentarios acerca del montaje de una de sus obras que Gerardo Vega está llevando a cabo para el Centro Dramático Nacional.

Dentro de la obra de Valle-Inclán Divinas Palabras forma parte del llamado ciclo mítico en el que intentó demostrar la lujuria y la avaricia que gobiernan la vida de los hombres y de las mujeres. Situando como personaje central a Laureano, enfermo y necesitado de cuidados tras la muerte de su madre, la acción de la obra se sitúa en las confrontaciones familiares por quedarse al “encargo” del necesitado. En realidad la disputa entre las dos tías, la carnal y la política, se verá aderezada por la oportunidad de negocio que conlleva el pasear al pobre Laureano por los pueblos como reclamo de limosna y atracción de ferias. Este negocio despertará las pasiones más bajas de los personajes y conducirá el drama a lo largo de toda la representación.

El montaje de Gerardo Vega es, para qué negarlo, espectacular. Un gran árbol natural se muestra en el escenario y los portones, escaleras y demás trampillas del escenario están perfectamente integradas en la representación. No cabe duda de que una de las cosas que más sorprende de la adaptación que ha realizado Juan Mayorga es la representación del personaje del perro por un hombre. La espectacularidad de las escenas donde este perro-hombre recibe gran parte del protagonismo no hace sino rendirnos a dicha adaptación.

Los personajes de Valle-Inclán siempre contienen esta vileza que él tenía tan presente y en esta obra eso se deja notar fácilmente. Las situaciones más tensas se vuelven realmente creíbles a la luz de las personalidades reflejadas por cada uno de los actores y la lujuria, la ira, la desesperación, la avaricia, … todos los sentimientos que conducen las tremendas acciones que vemos representar se hacen presentes en la sala y se instalan en el ambiente obligando al espectador a no identificarse con ningún personaje al tiempo que se reconoce en todos.

La verdad es que la obra merece la pena. Es cierto que, siendo un texto de Valle-Inclán, y en especial siendo éste un texto tan lleno de sustancia, las virtudes de la obra ya se le suponían antes de entrar a la sala. Sin embargo el trabajo de los profesionales inmiscuidos en el montaje hace que la obra sepa mejor aún de lo que olía. Como Vera afirmaba en su presentación, han huido de la posibilidad de llegar a un montaje costumbrista odiado por Valle, y han llegado a producir una “tragedia griega castiza”.

Para un enamorado de D. Ramón del Valle-Inclán como yo, que aún recuerda de memoria el texto de las escenas clave de una obra -Luces de Bohemia- que nunca llegó a representar, la asistencia al teatro para ver Divinas Palabras ha sido un gran placer. Desconozco si tras Madrid -¡se van el sábado 28, amigos!- la obra caerá en otra ciudad pues la representación lleva ya mucho tiempo en marcha, pero si por casualidad Uds. la ven pasar cerca, no lo duden. Estas cosas no se pueden descargar de internet, para tranquilidad de unos [guiño, guiño Teddy Bautista guiño, guiño] y disgusto de otros.

22 de octubre de 2006

Destripando algo más que terrones (carta de motivaciones)

Destripando terrones no es más que un ejercicio de onanismo intelectual de un grupo de gamberros cuyo afán de protagonismo e impúdico exhibicionismo les hace embarcarse, de nuevo, en una aventura blogosférica. Destripando terrones no es un blog al uso, sino una desviación metodológica en el ámbito de la crítica más ácida y la incorrección política. Destripando terrones será lo que sus autores quieran que sea. Bajo la égida de la derrota más urgente, Destripando terrones no será un cúmulo espectacular de síndromes ni la situación de los despropósitos de un tal Ottinger, sino todo lo contrario. El futuro revelará lo que será o lo que dejará de ser y eso es lo que es verdaderamente apasionante, construir poco a poco una ilusión que compartimos y que deseamos que les entretenga, emocione o les cabree.

Queda inaugurado el blog del [guiño, guiño], que ustedes lo disfruten

Salud